Una comedia para cualquiera cuyo jefe sea un idiota.
Steve Carell protagoniza The Office, un fresco y divertido vistazo, con formato pseudo-documental, al día a día en la vida de unos excéntricos trabajadores de la empresa Dunder Mifflin. El serio pero despistadísimo director Michael Scott se considera un magnífico jefe y mentor, pero realmente inspira más críticas que respeto a sus empleados.
En la primera temporada, Michael Scott, gerente regional de Dunder Mifflin, guiará al equipo que rueda el documental y a sus empleados a través de comportamientos inapropiados, comentarios bienintencionados pero descaminados y una miríada de nefastas técnicas de dirección.
La segunda temporada de esta alabada comedia sigue el día a día de Michael Scott, gerente regional de Dunder Mifflin, y sus ambivalentes empleados.
La tercera temporada ficha entrada con el inesperado traslado de Jim Halpert a la filial de Stamford, pero ¿fichará salida con el cierre de Scranton?
Llega la cuarta temporada con muchas novedades en la oficina. Ryan, antiguo trabajador temporal, es ahora el jefe de todos y está fomentando una nueva iniciativa web que amenaza el cómodo mundo de la sede de Scranton. Jan, su exjefa, prueba la vida doméstica en el apartamento de Michael. La relación de Jim y Pam ha alcanzado nuevas cotas, pero Dwight y Angela tienen graves importantes.
La temporada anterior dejó boquiabiertos a los fans de The Office y ansiosos por más episodios. El mundo de los incautos trabajadores de Dunder Mifflin sigue plagado de nuevas y patéticas peripecias.
¿Suenan campanas de boda? ¿Se escuchan correteos infantiles por el suelo de la oficina? ¿Se ha convertido Michael en un capo de la mafia? Es posible que se vea obligado a ello con Dunder Mifflin al borde de la quiebra, o tal vez haya llegado el momento de cambiar de directivos.
Errar es humano, pero lo que Michael Scott hace es irritar. Es irritante, irracional e irreprimible, pero esas mismas características lo hacen irresistible.
Comentarios fuera de lugar, conductas mezquinas y cero productividad… Se puede cambiar de jefe, pero no se puede cambiar la oficina. La octava temporada de esta comedia de éxito promete ser la más interesante, en la que nuestro querido elenco mantiene Dunder Mifflin a flote en un mundo (y un edificio de oficinas) sin Michael Scott.
En la novena temporada de la serie, Andy Bernard, el presumido vendedor y acérrimo antiguo alumno de Cornell, cuyo infinito y singular talento musical mantiene entretenida a la oficina, se convierte en el nuevo gerente de la sede de Scranton de Dunder Mifflin.
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