Los orígenes de la humanidad

LA ODISEA DE LA ESPECIE relata la más extraordinaria de las aventuras: La historia de la raza humana. Una historia que comienza hace 8 millones de años con la formación del gran valle del Rift en África. Allí fue donde los grandes antropoides se comenzaron a diferenciar de los primeros pre-humanos. Posteriormente, apareció Lucy, uno de los hallazgos arqueológicos definitivos que determinan la evolución de nuestra especie. Sólo una de las siete especies de Australopithecus podrá evolucionar hasta el primer ser humano verdadero: el Honro habilis, inventor de las herramientas que te sirvieron para incrementar el aporte de alimentos, ayudando al desarrollo del cerebro Estos primeros conquistadores comenzaron a emigrar y, después de un largo periodo de tiempo, se convertirían en el Homo ergaster y el Homo erectus, antecesores directos del hombre actual, el Homo sapiens, cuya aparición tiene lugar hace unos 400.000 años.

Al hacer su aparición del HOMO SAPIENS, hace unos 400.000 años, demuestra su superioridad al resto de homínidos a los que sustituye poco a poco. Cataclismos, cambios climáticos y geológicos lo llevan repetidamente a situaciones críticas, pero siempre encuentra el modo de sobrevivir, de comprender mejor el planeta que habita y de ir más allá de sus límites. Su cerebro se desarrolla y ramifica hasta grados increíbles que lo convierten en un extraordinario pensador. Fija su espacio, lo delimita y desarrolla a nuevos niveles conceptos como los de pareja, familia o defensa del territorio e inventa el trabajo, la agricultura, la escritura, el arte... El asentamiento progresivo, en poblados cada vez mayores, da paso, hace 12.000 años, a las primeras civilizaciones.

El hombre sale de la Prehistoria hace 12.000 años, asentando los cimientos sobre los que surgirán las nuevas civilizaciones. Durante miles de años el Homo sapiens ha desarrollado su herramienta más extraordinaria, el cerebro y la más vertiginosa de las mutaciones se pone en marcha. Al asentarse en poblados que reúnen a un gran número de individuos empieza a desarrollar e inventar útiles y servicios que faciliten su vida diaria: la agricultura, la ganadería, el comercio, la rueda, la aleación de metales, la arquitectura, las religiones, la escritura, las leyes... Los poblados, convenidos ya en ciudades, albergan a sociedades complejas que se jerarquizan e intercambian conocimientos y bienes a través de los continentes. La larga aventura del hombre ha llegado a nuestros días.